5 de junio de 2011

Triste final


Olas furiosas se rompen. Hoy esta triste el mar. Hará que mi sufrimiento acabe.
Dijo que volvería. Han pasado años, pero aún no ha vuelto. No puedo pararme a pensar como mi vida se ha consumido. Ha pasado mucho tiempo desde que dejé creer en las esperanzas. Se esfumaron, consumidas como las cenizas de una hoguera.
El pequeño bote se balancea con el viento. Remo y miro a la cara al sol.
Desciende poco a poco. Con miedo de ocultarse. Con miedo de morir en la noche.
Pero yo no tengo miedo.
Miro el cielo por última vez. Pequeñas estrellas comienzan a brillar, pequeñas, como las que caen de mi rostro.
Miro al otro lado, avergonzado de llorar en el último momento. A través de la niebla de mis ojos, veo otro pequeño bote, cerca del mío. Pero no hay nadie.
El faro gira buscándome a lo lejos. Pero yo no quiero ser encontrado.
Miro hacia atrás, sin saber por qué.
Y la veo. La ilusión parece tan real, como ella misma. Parece triste. Pero yo no lo estoy. Estoy feliz porque mi mente la recuerda tan bien, como en el momento en que se fue.
Comienza a hablar. Su voz, esa música que hace llorar a mi alma, esa que dijo tantas veces, te quiero.
Pero no escucho sus palabras. Solo cierro los ojos, y disfruto su recuerdo.
Frustrada porque no la escucho, me besa.
En ese momento, mi corazón se rompe. Cuánto tuve, y cuanto perdí. Felicidad era el nombre que le dí, cuando la conocí. Agonía era el nombre que le dí, cuando la perdí.
Triste, sufriendo, llorando, me levanto.
Nubes negras cubren el cielo. Gotas trasparentes caen con ira hacia el mar.
Si me tiro, no habrá vuelta atrás. Me ahogaré. Pero nadie me espera.
Le doy el último beso, que parece tan real.
Pero me tiro y me ahogo en el mar. El poco aire se escapa de mis pulmones, pero oigo como ella grita y llora a la vez. No me importa, es una ilusión, si fuera verdad, yo no estaría en el mar.

Miro horrorizada como la única razón de mi vida muere. Le dije que volvería.
¿Tan pronto se rindió? No voy a quedarme, y vivir sufriendo.
Yo también quiero morir. Le prometí que solo viviría si era con él.
Y voy a cumplir la promesa. Me tiro. Voy en busca de él. Nado y sufro. Pero al fin, lo veo. La oscuridad del mar no puede impedir que nuestro amor brille.
Él me ve y yo voy hacia él. Siento como muere, y yo también. Le abrazo, fuerte.
No tengo frío. Solo siento su tenue calor. Le miro a los ojos, pero sin alejarme.
“Esto es real”, articulo con los labios, “como este triste final”.

4 comentarios:

  1. Judit, la historia es preciosa. ¿Cómo escribes tan bien? :D
    Es muy conmovedora; triste y bonita a la vez...
    Te quiero, y sigue escribiendo. Me encantas..L'

    ResponderEliminar
  2. @-Criss ^^
    En serio??
    Muchisimas graciaas!
    Seguiré escribiendo porque con personas como tú vale la pena.
    Sabes que? He pensado en participar en los microcuentos de este año con esta historia!
    Te Quero! (L)

    ResponderEliminar
  3. Denadaaa!! Lo digo muy en serio, me encaaaanta :3
    Ahhhh sí? Pues participa, que con esta historia vas a emocionar a mucha gente :D
    Ti amo (L)^^

    ResponderEliminar
  4. @-Criss ^^
    Jejeje Eso esperoo...
    Aunque ahora estoy trabajando en otra, pero esa para el año que viene! xD
    I'm too(L)*.*

    ResponderEliminar