25 de octubre de 2011

Mi vida en tu corazón. | Cap. 8

Me lancé a los brazos de Evan en cuanto lo vi. La verdad es que estaba desesperada por verle, tocarle y sabes que no era un sueño como tantos que había tenido a lo largo de mi corta vida. Pero, ya no habría desesperación, no prisa, tenía todo el tiempo del mundo.
-Hey pequeña, yo también tenía ganas de estar contigo.
Le miré a la cara y pude notar que ya no tenía los ojos tan cansados, ni arrugas a causa del estrés.
-¿Sabes? Te veo mejor, pero creo que deberías descansar un poco más.
-No te preocupes... mañana comenzaré un largo sueño... pero ahora quiero estar contigo toda la noche.
-¿Toda?
-Toda, y aún me faltará tiempo.
Él se sentó en la arena y yo iba a hacer lo mismo cuando se golpeó las rodillas y me senté donde me dijo.
-Tengo curiosidad, ¿te sigues escapando?
-Sí, cada día soy mejor en ello.
-Esa es mi chica.
Nos quedemos en silencio por un momento y el comenzó a pasar su dedo índice por mi cuello, haciéndome estremecer, para acabar dándome un beso ahí.
-Si te das cuenta... estamos igual que la noche que nos conocimos, tu cerca de mí, mis brazos a tu alrededor, ya que tenías frío y tu espalda contra mi nervioso corazón, que latía y temblaba a la vez.
-¿Tu estabas nervioso?
-Si tu supieras...
-Jajajaja. Debo confesar que yo estaba peor.
-Lo dudo. - Alzó la cabeza y se quedó pensativo mirando las estrellas - Yo cuando muera, sabrás en que parte del cielo estaré.
-¿Es cuál?
-Seré la estrella que más brille, mi luz será mi amor por ti.
-No deberías pensar en la muerte, normalmente eso lo pienso yo.
Al decir eso, me acordé de que todavía no le había dicho nada acerca de la gran noticia. Decidí no esperar más.
-Evan, tengo una cosa muy importante que decirte.
Le resumí todo lo que había dicho mi madre, emocionada, y poco a poco a él el rostro se le fue iluminando. Tanto, que se escaparon algunas lágrimas que me rompieron el corazón.
-Evan....¿por qué lloras?
-Porque estoy muy contento de que por fin seas feliz, como deberías ser, y no sufriendo desde pequeña. Y joder, porque te quiero tanto y se que un día te olvidarás de eso y llegarás a odiarme.
-Evan...no...
-Creéme, se que al final me olvidarás.
-Antes de olvidarte a ti, me olvidaré de mi nombre.

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