18 de mayo de 2012

Última página.

Las historias no deberían acabar. Las cosas buenas tampoco. Las personas no deberían irse, deberían quedarse… para siempre.
Pero como el para siempre no existe, hay que aprovechar cada segundo.
Porque luego los vas a odiar. Lo sé. Como me odio a mi mismo cada día.
Días en los que te preguntas porque vives. Porque te molestas. Si lo único que te importaba se ha ido. ¿Qué te queda? Solo sufrimiento y miseria. Y ver que no puedes hacer nada.
Pero hay cosas peores que eso, y es estar acostumbrado a estar herido.Que por mucho que te hagan daño,  no volverás a sentir nada. Y llegará el momento en el que te preguntes si eso es malo o bueno.
¿Qué por qué lo sé? Porque empecé a sentirlo en el minuto que saliste por mi puerta. Por eso,cuando volviste a entrar por ella, no tuve esperanza, aproveché cada minuto como nunca hice.
Vale, seguí viviendo, pero sangrando. Esta vez supe que no sobreviviría. Fue duro perderte una vez, imposible volver ha hacerlo.
Así que… ¿Por qué esperar? ¿Por qué hacer llorar a mis ojos?
Ya era hora que terminara. Quería que terminara. Porque las historias de amor no tienen final feliz. No lo tienen, porque acaba. Y un amor no debería acabar nunca.
Pero cariño, el mío no acabará. Lo se, porque no sólo te amo con el corazón, te amo con el alma, y esta nunca muere. Por muchos finales tristes que tenga. 

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