Ese día, no era fuerte. Simplemente estaba todo mal, y por una vez me permití llorar.
Caminando bajo las nubes grises, ante la lluvia de mis ojos, te vi.
Tu no lo hiciste. Y me alegro por ello.
Tu me habrías abrazado, como si el tiempo no hubiese pasado entre nosotros, y yo...
Me habría dado cuenta de que aun te quiero, y que te echo de menos.
No querría saber eso, porque entonces, ese día no hubiese sido negro, simplemente no habría tenido color.
Seguí caminando...
Y bajo mis ojos grises... la lluvia siguió cayendo...
No hay comentarios:
Publicar un comentario