11 de octubre de 2011

Mi vida en tu corazón | Cap. 6.

Mis pies se marcaban sobre la apagada arena. Y se formaban huellas de mi pie. El mismo camino, todos los días. Y cada día vivía una experiencia nueva e irrepetible. Cuando salía de casa, me llegaba a la cabeza el mismo pensamiento: ¿Que viviré hoy?
Me quedaba poco para llegar a donde siempre nos reuníamos Evan y yo, cuando lo ví.
Estaba de espaldas mío, pero aún así lo reconocí. Sonreí inconscientemente y mi corazón empezó a latir rápido. Me puse las manos alrededor de la boca y grité su nombre.
Nada. Ni caso. Le llamé otra vez.
No se giró y me empecé a preocupar.
Me acerqué lentamente a él y en silencio, queriendo averiguar que lo mantenía tan concentrado para no oírme.
Quedé paralizada a tan solo unos centímetros de su espalda. Al lado de su rodilla había ua botella vacía, y al lado de esta, una hoj
a de papel escrita con una caligrafía parecida, no, muy parecida a la mía...
¡NO!
Dejé escapar un quejido muy bajo, aunque no debió de serlo tanto ya que el me oyó y se giró.
Era un Evan distinto, con los ojos rojos, y unas ojeras bajo ellos. Aún así, seguía siendo guapísimo.
-Evan...
Me senté a su lado, horrorizada por el mal estado de él. Me pasó los brazos por los hombros y puso la cabeza en el hueco de mi cuello. En ese momento, me habría gustado abrazarle yo a él y consolarlo como un niño pequeño.
-Evan, ¿como la encontraste? Recuerdo haberla tirado al mar...
-No supe hasta que nos fuimos, que habíamos estado en una zona poco profunda. Así que no me costó adivinar que la botella sería fácil de coger. Después de que te fueras, volví al mismo lugar en el que estábamos. Buceé, y no me costó mucho encontrarla. La leí, inocente, de que era una tontería y te daba vergüenza decírmelo.Pero me equivoqué. - Me miró a los ojos, con lágrimas en ellos, y por casi me echo a llorar yo también. - Deja de respirar 1 minuto, y sentirás lo que yo sentí cuando supe que no estarás junto a mí, y la muerte te llevará y me quedare solo...solo sin ti.
-Escúchame Evan. - Cogí su rostro entre mis manos.- Te quiero, y no pasa nada, aprovecharemos el tiempo que nos quede juntos y punto.
Él me besó de repente y pude sentir a través de ese beso el dolor que sentía. Con las lágrimas cayendo entre nosotros y bañándonos a ambos.
-Te juro que si pudiera, me cambiaría por ti.
-Shh, ¿que he dicho? Aprovechar el tiempo juntos.
Yo le besé esta vez y pude olvidar que mañana podría morir sin despedirme de él. Pero repito, lo olvidé. Como cada noche que estaba entre el mar, las estrellas y Evan.

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