Porque al principio de esa historia,
el sol brilla tanto, que te ciega de la realidad.
Sólo puedes ver tu sonrisa en el espejo y tus risas en la oscuridad.
Luego, poco a poco, las nubes se oscurecen, no lo ves venir,
hasta que llueve, y te empapan por completo.
Todo sigue igual, pero por dentro algo ha cambiado.
Te arrepientes, desearías haber volado más, aunque en el fondo sabes, que las estrellas no se pueden tocar.
Y al final, te das cuenta, que hasta el cielo más azul, se empaña.
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